Alberto Fernandez fue el claro ganador en el debate presidencial realizado en Santa Fe.
El Domingo 13 se llevo a cabo el debate presidencial en la Provincia de Santa Fe. Alberto Fernandez fue el claro ganador de dicho debate, volcando conceptos claros, precisos y transparentes y sobre todas las cosas hablando de propuestas reales para reconstruir el país. En varios momentos del debate puso en apuros con sus preguntas a Mauricio Macri, a quien se lo noto nervioso y repitiendo el mismo discurso de los últimos cuatro años.
El resto de los candidatos mostró muy poco, propuestas irreales, poco debate y mucho discurso preparado por los equipos de comunicación de cada partido.
Alberto Fernández sacó luz en el debate, en primer lugar, por su mayor capacidad para la polémica. Es abogado, o sea que está acostumbrado a argumentar. Es profesor universitario, con lo que habitualmente explica y debate con alumnos. Tiene una larga carrera partidaria, lo que significa un entrenamiento en las polémicas políticas. Durante los últimos seis meses --y antes también-- aceptó entrevistas con periodistas que se lo querían comer crudo, lo que le agregó más training todavía. Del otro lado, un ingeniero con poco vocabulario, que nunca pasó por una asamblea universitaria o política, acostumbrado a las entrevistas más bien condescendientes, y que llegó a sus cargos --en Boca, en la Ciudad, en Nación-- por su ubicación empresaria más que por su desempeño intelectual. Tampoco Lavagna, economista, se distingue por su habilidad para polemizar.
Alberto Fernández se vio beneficiado por el sorteo. Siempre habló después de Macri. Eso le dio una enorme ventaja, porque tuvo la oportunidad de retrucarle todo y lo hizo con firmeza y espontaneidad. En televisión es de máxima importancia tener la última palabra.
Para Macri empatar el debate era, en la previa, una proeza. Su gobierno no produjo ni un número positivo. Ni uno solo: inflación, desempleo, crecimiento, dólar, endeudamiento, presupuestos, salud, educación. Todo mal. No tenia nada para exhibir. Sus chances eran mínimas y dependían de meter algún bocadillo marketinero, al estilo de la frase burda que tenía preparada contra Axel Kicillof. Impactó poco y nada.
Por lo tanto, el único saldo que puede exhibir el presidente es que Fernández fue "agresivo" y lo apuntó con el dedito. En la Casa Rosada dicen que la última intervención del presidente, diciendo que "el kirchnerismo no cambió" fue lo mejor de la noche. Es más, afirman que con eso Macri ganó el debate. Yo diría que tal vez (sólo tal vez) dejó satisfecha a su tribuna anti-peronista, la que ya está convencida. Una hipótesis es que no perdió votos, entre otras cosas porque su caudal hoy es núcleo duro, casi puro.
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