El capitán beto resiste la ofensiva mediática de Macri y el FMI.

Lo quieren callar, lo quieren tapar, pero el gran capitán beto resiste contra viento y marea, las envestidas mediáticas, de Mauricio Macri, el FMI.
Como un boxeador aturdido por los golpes, Mauricio Macri busca abrazarse a Alberto Fernández para no caer antes de que suene la campana.
El abrazo no es sólo simbólico. Macri quiere asociar al candidato opositor con el absurdo acuerdo que él firmó con el Fondo Monetario Internacional .
En estas horas se asiste a una trascendental pelea por la construcción del sentido común. El Gobierno, a través de todo el periodismo adicto, trata de instalar la idea de que, en medio de la debacle económica, lo mejor que le puede pasar a los argentinos es “unirse” para respetar el acuerdo firmado por el Gobierno con el FMI. De esa manera, aseguran, se garantizaría el desembolso de los 5400 millones de dólares prometidos para setiembre y se evitaría, o por lo menos postergaría, otra corrida cambiaria.
La “unidad” reclamada tiene nombre y apellido, Alberto Fernández. Y si el candidato opositor no consintiese a dar su palabra de que seguirá adelante con el fracasado plan económico del actual gobierno, que de eso se trata el acuerdo con el Fondo, dejaría de ser un respetable “moderado” y se transformaría otra vez en lo que esos mismos medios y voceros aseguraban que era antes de las PASO: un miserable hipócrita que pone sus intereses sectarios por sobre los de sus sufridos compatriotas.
Las presiones, amenazas y cantos de sirena son irresistibles. Por suerte para él y más de 40 millones de argentinos, Fernández resiste.
o que viene diciendo el Frente de Todos, y quedó reafirmado en el comunicado que difundió después del encuentro con la misión del Fondo, es que el futuro gobierno deberá renegociar el acuerdo de Macri con el FMI.

No está solo en esta idea. El martes, cada uno desde su óptica, dijeron lo mismo el candidato que llegó tercero en las PASO, Roberto Lavagna , y Carlos Melconian, el economista ortodoxo que más sonaba como futuro ministro de Hacienda de Mauricio Macri , si éste conseguía la reelección.

Quizás lo más interesante es que el martes los tres solo repitieron lo que vienen diciendo desde hace meses. En las entrañas del poder económico, todos sabían que el acuerdo firmado por Macri y el FMI, incumplido reiteradamente por la administración de Cambiemos, tenía fecha de caducidad el día que se resolviese la disputa electoral, cualquiera hubiese sido su resultado.

Lo único que estaba en duda era si ese día caía 27 de octubre o 24 de noviembre. El Fondo comprometió el crédito más alto de su historia para que el Gobierno llegase sin corrida bancaria hasta esa fecha. Cumplido el trámite electoral, en primera o segunda vuelta, llegaba el momento del sinceramiento: más devaluación y más ajuste. Si ganaba Macri, como quería el Fondo, por las buenas; si perdía, por las malas.

La única sorpresa fue que el resultado se adelantó. Los números de las PASO fueron tan contundentes (16 puntos de ventaja para el Frente de Todos, que además alcanzó casi el 50 por ciento de los votos si se miden como se hará en octubre), que todo el mundo entendió que no había posibilidad de marcha atrás.

Así como se adelantó el resultado, se adelantaron sus consecuencias: como estaba previsto, el dólar saltó a 58 pesos. A pesar del griterío acusador de Macri, que busca asociar su fracaso económico al triunfo opositor, esos 58 pesos son los mismos a los que, antes de las PASO, se vendía el dólar futuro para diciembre (cuando “el mercado” suponía que ya estaría decidido el nombre del futuro presidente).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Gran noticia para la Argentina. Alberto Fernandez consigue un fuerte apoyo del BID.